Paisaje agrario.

XII-XV Paisaje Agrario. Aspectos estructurales de los paisajes agrarios

El tramo central de Aguasvivas que, genéricamente, denominamos campo de Belchite es la zona de contacto entre la depresión del Ebro y los relieves calcáreos más septentrionales del piedemonte ibérico.

El clima, de precipitaciones muy escasas, y las características edáficas, con suelos poco evolucionados y de escasa profundidad, nos permiten suponer que, a pesar de los sucesivos procesos de deforestación, la vegetación natural no fue nunca exuberante. 

Quedan aún, de forma residual, algunas manchas de pinares que coinciden con las vertientes septentrionales de las Sierras (Fuendetodos, Belchite y Lécera), otras de sabinas (en la Puebla y, sobre todo, en la cuenca final del Aguasvivas) y de coscojas (de Blesa a Belchite), estratos arbóreos y arbustivos que serían, en los siglos medievales, más frondosos. 

Hoy apenas subsisten formaciones mixtas de matorral-tomillares, junto a otras especies aromáticas como los aliagares y romerales, vinculadas, en definitiva, al paisaje de estepa dominante.

Esta monotonía paisajística queda alterada por las vegas del Aguasvivas y Cámaras, arterias vitales, humanas y económicas, de la región, que permitían la existencia de una espesa vegetación de ribera en determinados tramos. Todavía hoy, caminando por sus márgenes desde Blesa hasta aguas abajo de Belchite, descubiremos sauces, grandes árboles, e incluso, algunos sotos. Aún más densa es la vegetación del valle del Cámaras, con choperas, saucedas y, entremezcladas, fresnedas y olmedos. La toponimia actual todavía conserva nombres como «senda de las sabinas» (Lagata), «cabezuelo de la sabina» (Codo), las salceras y el tomillar (Samper), los cañares y el carrichal (Letux), el coscollar (Almonacid), el pino y el espartal (Belchite), que, sin duda, recrean paisajes vegetales de épocas pasadas.

Publicaciones relacionadas

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.

Volver arriba